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Medical Writer: Una profesión tan útil como desconocida

Relacionado con el ámbito regulatory, existen distintas figuras que agilizan el trabajo y le aportan calidad: el medical writer, el experto en regulatory, el comité científico y los key opinion leaders. Hoy nos centramos en la profesión del medical writer. ¿Quién puede acceder a este tipo de puestos? ¿Cómo elegir el mejor perfil? ¿En qué consiste su trabajo?

Formado en ciencias de la salud

Lo más común es que el medical writer cuente con una sólida formación universitaria en Ciencias de la Salud (biología, medicina, farmacia, bioquímica…), a menudo acompañada por un doctorado, lo que, además de permitirle comprender información especializada compleja, le dará soltura ante la terminología médica y científica. Aunque no es necesario que posea formación asociada a la comunicación, sí son valorables los conocimientos relacionados con la creación de contenido, siendo requisito imprescindible una excelente redacción, minuciosidad y atención al detalle, además de ciertas capacidades sociales que le permitan trabajar de manera efectiva y cumplir los plazos establecidos, para lo que es muy importante que esté muy bien integrado en el equipo, manteniéndose completamente actualizado sobre la marca, los objetivos y la estrategia a seguir.

¿Qué funciones tiene un medical writer?

Este profesional, cuyo perfil debe seleccionarse minuciosamente en función del proyecto (pudiendo tratarse de un estudiante, un especialista médico o un laboratorio), se encarga de traducir información científica a un lenguaje tangible, comprensible por la mayoría de la sociedad. Resume documentos especializados, investigaciones y congresos, además de ayudar en la elaboración de documentos reguladores y resúmenes de características de producto, necesarios para conseguir la autorización de comercialización de medicamentos o productos delicados. La redacción de contenidos científicos para medios especializados, campañas del sector salud o materiales promocionales y educativos es otro de sus cometidos. Otras veces, sin embargo, en vez de ejercer de redactores desarrollan una labor de asesoría, ayudando a identificar temáticas y novedades del sector.Por último, el medical writer desempeña un papel fundamental en la revisión y corrección de textos especializados, verificando que todos los datos aportados son rigurosos y fieles a la realidad, y la formación y comunicación interna, informando de manera clara y precisa sobre avances de investigaciones clínicas o hallazgos importantes para la organización para la que trabaja.

¿Cómo elegir al mejor perfil?

Elegir al profesional que más se adapte a lo que buscas no es tarea fácil, por eso, es importante tener en cuenta los siguientes aspectos para tomar la decisión más acertada posible.

  • Especialista en el tema a tratar: Su área de especialización debe ser la misma que la temática de la que vais a hablar y sobre la que se focaliza el proyecto.
  • Buen nivel de redacción: Como ya hemos mencionado, una buena redacción es también necesaria, ya que ahorrará trabajo a otros miembros del equipo y garantizará unos textos de máxima calidad.
  • Constante actualización: La constante actualización acerca de los avances del sector y las novedades importantes para el entorno del cliente son una inquietud que debemos tener muy en cuenta.
  • Rigurosidad: La exactitud en los datos aportados, así como la búsqueda de estudios y fuentes fiables, supondrán una garantía de credibilidad y calidad en los proyectos en los que participe.
  • Flexibilidad y capacidad de adaptación: La heterogeneidad de proyectos, canales y audiencias convierte la adaptabilidad en una habilidad necesaria para aquellos que ocupen este puesto de trabajo.

En resumen, la figura del ‘medical writer’ o redactor científico-médico es realmente importante, a pesar del desconocimiento todavía existente sobre la misma. Gracias a su función de traducción de la terminología científica a conceptos más asequibles para una audiencia que puede no estar especializada en la materia, a su investigación, asesoría y revisión final de los contenidos a publicar, supone un profesional de gran valor para una agencia, aportando precisión, exhaustividad, efectividad y calidad en las comunicaciones de índole sanitaria y convirtiéndose en una garantía del trabajo bien hecho.

Si quieres saber más sobre esta y otras figuras relevantes para la comunicación en el sector salud, no te pierdas el primer episodio de nuestro video podcast ‘Vitamina W’.